La vía pública es para algunos un escaparate de mobiliario gratis

En sus paseos por Madrid, Valencia o Murcia, a Luta Valentina, joven milanesa afincada en la capital murciana desde 2011, le llamó la atención que la gente tiraba y recogía muebles en la calle. En Italia, dice, no lo había visto nunca. Aquella observación se convirtió en su proyecto final del máster en diseño que cursaba en España: una aplicación móvil para que la gente que ve un mueble en la calle lo fotografíe y comparta su localización con el resto de la comunidad para que quien quiera lo recoja, restaure y reutilice en su casa. “O incluso lo venda”, explica.

Tirar muebles en la calle sin previo aviso al Ayuntamiento o fuera de los puntos limpios destinados a su recogida es motivo de multa en la mayoría de municipios de España, advierten desde la Federación Española de Municipios y Provincias. “Pero la gente lo hace y la calle es una tienda al aire libre”, puntualiza Valentina. “Antes se los llevaban, sobre todo, los apasionados del bricolaje, pero con la crisis la gente también los rescata porque los necesita”, ha indagado en sus investigaciones sobre el tema.

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“Hay un movimiento que consiste en renovar muebles viejos, de los años 50, 60 y 70, que no son antigüedades, pero se pintan de colores llamativos que hagan contraste y da muy buenos resultados. Se integran muy bien en nuestro mobiliario actual, más aburrido y uniforme”, explica Castañeda. Este restaurador, que además imparte cursos, asegura que cada vez tienen más alumnos que no se quieren profesionalizar, sino aprender para amueblar su propia casa a su gusto. “Con cuatro técnicas puedes transformar cualquier cosa”, añade Cano.

No tirar, reciclar y reutilizar son prácticas clave para la conservación del medio ambiente. En el caso de los muebles cobra una especial relevancia teniendo en cuenta que sus materiales son de gran valor ecológico, como la madera. “Los productos para la restauración también pueden ser respetuosos con el Planeta”, apunta una de las socias de El sabor de lo antiguo. “Se pueden hacer ceras naturales”, dice. Castañeda coincide en esta observación. “Hay pigmentos naturales o utilizar resinas de árbol”, añade.